Trabajar desde casa: Consejos para cuidar tu bienestar

Durante las últimas semanas, a muchos de nosotros nos ha tocado trabajar desde casa; ya sea de manera impuesta o por decisión propia. Según una revisión de la literatura realizada por Tavares (2017), entre los beneficios del teletrabajo destacan los siguientes: una mejora del equilibrio entre la vida laboral y el hogar, un incremento de la flexibilidad y autonomía, un aumento en la productividad, o un ahorro en el tiempo de los desplazamientos. A pesar de estas ventajas, Tavares (2017), también identifica una serie de retos como, por ejemplo: dificultad para establecer límites en el trabajo, presentismo (aquellas personas que teletrabajan tienden a trabajar de más, incluso estando enfermos), aislamiento social, o falta de apoyo y equipamiento inadecuado. A estos retos hay que añadirle los retos generados por la conciliación familiar, ya que durante la Covid-19 el espacio laboral se comparte, en muchos casos, con los hijos e hijas.

En relación a estos los retos y fortalezas, a continuación, te presentamos algunos consejos para ayudarte a integrar de manera provechosa el teletrabajo en tu día a día, sin que este pase factura a tu salud.

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Establecer rutinas y preparar el espacio de trabajo

Puede ser muy tentador saltar de la cama directamente al ordenador y comenzar a trabajar. Pero es muy importante separar el descanso del trabajo. En este sentido, es interesante introducir pequeñas rutinas que nos ayuden a separar mentalmente el trabajo del descanso. Por ejemplo, una buena idea puede ser comenzar el día con una ducha, cambiarnos de ropa, hacer la cama, desayunar, o dedicar unos minutos a meditar. 

Es recomendable, en la medida de lo posible, trabajar en un lugar diferente del que realizas otro tipo de actividades, como por ejemplo dormir, u otras actividades de ocio. De esta manera permitiremos que la mente asocie ese lugar al trabajo, y no al descanso o cualquier otra actividad. De la misma manera, cuando estemos en otro lugar nuestra mente no lo asociará al trabajo. Una vez terminada la jornada laboral puedes cambiar de habitación, cerrar la puerta, o recoger el material de trabajo como señal de que la jornada laboral ha terminado, y evitar caer en la tentación de continuar trabajando.

Al inicio del día/semana toma un momento para preparar todo lo que vayas a necesitar. Así no perderás tiempo, ni te distraerás por no tener lo que necesitas. Si convives con otras personas puedes cerrar la puerta, poner un cartel o informar a estas personas de tu horario laboral, al igual que si estuvieras en la oficina habitual.  Elimina cualquier distracción. Si no necesitas el móvil para trabajar puedes dejarlo en otra habitación.

Establecer un horario y planificar objetivos

Tomate un momento, al inicio de la semana o del día, para establecer y organizar las tareas y objetivos que quieres conseguir. Trata de ser realista; puede que las primeras veces no estimes a la perfección el tiempo de una determinada tarea. Semanalmente puedes ir anotando las tareas que has realizado y el tiempo que te han llevado, para así poder ser más preciso la próxima vez.

Si tienes un horario flexible, decide con antelación qué momentos del día vas a dedicar al trabajo. Se estricto con este horario; puede que haya días excepcionales en los que tengas que trabajar más de la cuenta, pero trata en la media de lo posible, que esto sea la excepción y no la norma. Si ves que excederte en la jornada laboral se extiende en el tiempo, reajusta tus objetivos y prioridades, y trata de examinar la causa. Si no está en tu mano, una solución puede ser hablar con tus superiores y trasmitirles la situación.

Reservar tiempo para desconectar

Puede que haya veces en las que sigas trabajando simplemente porque estás en casa o porque no tengas otro plan. Es muy importante dedicar tiempo para actividades diferentes. Si eres de los que te cuesta dejar de trabajar, puedes organizar actividades o compromisos que te obliguen a parar. Por ejemplo, puedes decidir quedar con algún amigo/a para hablar, pasear, o puedes apuntarte a alguna actividad, o decidir hacer algo con tu familia. Si nos comprometemos a hacer cosas con otras personas justo al finalizar nuestra jornada laboral, es más sencillo que la cumplamos.

De la misma manera, a lo largo de la jornada laboral puedes decidir tomarte pequeñas pausas, para tomar una café, para comer, o para salir a andar y estirar las piernas, aunque sean diez minutos. Puede ser interesante también dedicar un rato para estar en contacto con tus compañeros de trabajo. Puede ser mediante llamadas, u organizando alguna video llamada. A veces, compartir tu día a día con otros compañeros que están en la misma situación que tu puede ayudarte a tomar perspectiva y ver las cosas de manera diferente.

Dedicar tiempo para uno mismo

Trabajar desde casa puede ser un reto para muchas personas. Es importante tomar la decisión consciente de dedicarnos un tiempo a nosotros mismos. Aprender a decir no, a auto regularnos y reservarnos un tiempo para nosotros mismos son pequeñas cosas que podemos hacer día a día para cuidarnos. Y, sobre todo, recuerda que actualmente estamos viviendo una situación excepciona, por lo que no pasa nada por no ser igual de productivos que en una jordana laboral habitual; trátate con amabilidad, respétate y sé consciente de las limitaciones impuestas por la situación actual. Lo fundamental es cuidarse, y cuidar nuestra salud mental, para poder trabajar y producir. Recuerda que, en caso de encontrarte desbordado por la situación actual, es recomendable consultar a un especialista, preferiblemente un psicólogo.

Referencias:

Tavares, A. I. (2017). Telework and health effects review. International Journal of Healthcare3(2), 30.

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